sábado, 27 de agosto de 2011

El color carne

Beatriz Aiffil
Dulces aquellos tiempos de escuela en que cargábamos mucho más que un arcoiris en la cartuchera: Magenta, rojo fresa, rosa caramelo, pantera rosa, rojo ladrillo, rojo escarlata, rojo rojito, rojo de la vida y el amor, rojo carmesí, terracota, castaño (maroon en inglés), maroon (cimarrón en castellano, negro fugitivo, negro rebelde), marrón siena, canela, marrón mirríoguaire, caoba, foto sepia, crema, amarillo ocre, ocre tostado, anaranjado, oro, amarillo canario, amarillo esloqueluce, amarillo limón, verde nacedondequiera, verde manzana para subrayar, verde olivo, verde botella, verde quetequieroverde, verde milicia, verde grama, verde mar, verde esmeralda, aguamarina, turquesa, azul petróleo, auditorio azul, azul salmeronacosta, azul celeste, azul índigo, pájaro azul mi libro, morado chichón por estar corriendo en el recreo, púrpura, cardenal, lila, orquídea hermosísima, violeta, gris pizarra que no pizarrón, día gris, plateado, blanco leche, negro camorrero, carne… ¿carne?
Sí, había un color “carne claro” que llamábamos simplemente color “carne”. Y de ello derivó la idea de que ese creyón era para pintar a las personas... ¿Será que no somos personas acaso? Pero es que mi carne ni se parece a ese color.
Del buen doméstico al buen liberto salvaje. De la plantación al palenque.
De la hacienda al cumbe. Del hato a la rochela. Al quilombo. Huido.
Tranquilízate, negro fugado, que eso fue en otros tiempos. Alguien concluyó ¿inocentemente? que la piel de las personas correspondía a ese color y lo llamó color carne. El concepto quedó instalado en nuestras mentes.
Otra época. Prismacolor is a brand of professional artists' supplies originated by Berol in 1938… Tiempos de discriminación exacerbada no sólo para las gentes de color (negros e indígenas) sino también para los blancos pobres de aquella tierra de paz, amor, libertad e igualdad llamada Estados Unidos.
Otra percepción cultural. Sin embargo no es cuestión de color de piel simplemente, sino de clases sociales. Es lo económico lo que determina la superestructura y en ella está lo ético, lo moral.
Tranquilízate que no es que no haya angelitos negros, lo que no hay es un puto prismacolor número tal que permita pintar angelitos negros así como así. Por lo menos no con el creyón de color carne claro, Nº 927, de Berol Prismacolor. Mina gruesa, cremosa y suave, hecha de pigmentos brillantes resistentes a la luz.
Mezclando óleo amarillo cadmio, ocre, verde, blanco y siena tostado, e incluso azul para oscurecer, se entra en el mundo de la diversidad étnica con menos complicaciones.

Publicado en Correo del Orinoco, Caracas, 5 de septiembre de 2010.