jueves, 24 de junio de 2010

Coreoarte danza en homenaje al pueblo de Haití

Más de un cuarto de siglo formando y bailando el sentir, el ser y el estar de nuestra cultura es lo que ha reafirmado a la Compañía Coreoarte en 27 años de trabajo lo que ellos definen como una afirmación que con el tiempo les ha permitido evocar y manifestar a través del arte, lo que somos como latino caribeños.

Las expresiones que se produjeron luego del contacto de tres experiencias humanas en el mundo: la tierra del Abya Yala, Europa y la Madre África, permite definir a Venezuela como una sociedad pluricultural y multiétnica, justificación perfecta para que Coreoarte como colectivo artístico y cultural , como escuela integral en la formación de niños, niñas y jóvenes, manifieste ese reconocimiento que les han permitido a través dela danza contemporánea, fortalecer su trabajo creativo expresivo e identitario.

LEU SOLEY LEVE (CUANDO EL SOL SE LEVANTA)
Este es el nombre de la última producción que trae a el escenario la Compañía de Danza Contemporánea Coreoarte, junto a 17 niñas de la Escuela Integral de Danza Coreoarte, rindiendo homenaje a uno de los pueblos más heróicos de la historia de este continente, Haití. Con la propuesta coreográfica de la artista Canadiense – Haitiana, Roxanne D´Orleans, bailarina, maestra y sub directora de la Compañía José Limón de la ciudad de Nueva York, se reafirma ese espíritu caribeño profundo, cargado de historias y vidas, como lo es el pueblo afrohaitiano.

El otro montaje que se realizará en esta temporada denominado LOS PIES DESNUDOS, creada en el año 95, es un homenaje que el maestro y coreógrafo Carlos Orta le hace a África a través de las canciones de la cantante Africana de Cabo Verde, Cesaria Evora, “la diva de los pies desnudos” y que no es más que la inspiración que esta artista le dio al coreógrafo cuando escuchó su potente voz, cargada de nostalgia y alegría y que despliega en cada una de sus canciones para definir la vida y la cotidianidad de su ciudad natal y del continente africano.

Coreoarte esta vez, nos cita a acompañarlos a este poético espectáculo que realizará estemes de Junio del 17 y 18 a las 7:00 y el sábado 20 a las 6:00 PM respectivamente en el Teatro Alberto de Paz y Mateo, calle los mangos de la Av. Andrés Bello y el 26, a las 6:00PM y 27 de Junio a las 11:00 AM en la Casa del artista, (a pocos metros de la estación Colegio de Ingenieros, al lado de la mezquita, Caracas, Venezuela).

ENTRADA LIBRE.

Para mayor información, Fundación Coreoarte: 0212-693-87-91 / 0212-574-13-73/0416-719-91-58.

jueves, 17 de junio de 2010

Estética Imperializada












Somos a la vez participes y espectadores de un complejo societal en el cual las minorías dirigen el destino de las mayorías, donde los patrones occidentales imperan sobre los orientales, y en el cual los criterios de validez y modos organizativos de la norteamérica capitalista intentan liderar el mundo.

Es a propósito de ello que encontramos constantemente sobre el tapete el tema del imperialismo, sin embargo, esta preocupación ha sido circunscrita fundamentalmente a los efectos de un imperialismo político y económico, hemos obviado la diversidad de espacios de la vida social y elementos de nuestra cotidianidad que han sido impregnados sigilosamente por el germen del imperialismo anglosajón.

Entre ellas llama en particular la atención el proceso mediante el cual la estética ha sido imperializada, en la mayoría de los casos pasando desapercibida en las mentes de los hombres y mujeres de nuestras sociedades modernas.

Vivimos constreñidos (as) en un sistema capitalista que dirige, controla y ha alterado la forma en que nos vemos, la forma en que deseamos vernos, es decir, nuestros gustos y deseos. Este hecho profundizará significativamente la desigualdad social existente, legitimando e inscribiendo criterios de discriminación y exclusión que habrán de trascender la subjetividad de la percepción física del otro (a), y que darán paso a la formación de dos nuevas clases sociales, definidas de antemano como antagónicas e irreconciliables: estéticos y no estéticos.

Será así como la tez blanca, el cabello rubio, y los rasgos minuciosamente perfilados ya sea por la mano de la naturaleza o de la cirugía estética, se erigen como los criterios lideradores de la belleza del mundo.


No obstante, dichos criterios prototípicos y estereotípicos a partir de los cuales habrá de definirse “lo bello”, responden a una herencia colonial eurocéntrica que promovió, mediante la imposición, la asimilación e internalización de una estética foránea.

Otrora, la belleza estuvo definida por el equilibrio entre las formas, la armonía y la naturalidad; en la actualidad, el arbitrario consenso de patrones de belleza dividió el mundo en bien (belleza) y en mal (fealdad), promoviendo en un extremo, la aceptación y reconocimiento en quienes se adecuen efectiva y eficientemente a la expectativa estética impuesta, y en quienes no, acentuará las practicas aspectistas[1] y ostracistas[2]; en el contexto de una sociedad hostil que sanciona la naturalidad con rechazo, la renuncia a la homogenización estética con exclusión y la diferencia con repulsión.

Así, la estética imperante, definida como valor supremo de belleza, responde a la lógica de un modo de producción capitalista, deshumanizadora del cuerpo mediante restricciones y modificaciones logradas mediante la sistemática persuasión y sobreestimación ejercida a través de la reproducción y cotidianización de la imagen de estrellas, modelos y cantantes.

El mundo ha perdido su soberanía estética, se ha rendido a una estética imperializada, unidimensional, uniracial, unicultural; orientada a desmantelar las culturas originarias y la diversidad, descalificando e intentando desintegrar la soberanía pluricultural y multirracial de los pueblos, mediante la motivación y promoción de la desestimación y vergüenza de los rasgos y fenotipos hindú, asiáticos, africanos o aborígenes, es decir, de todo aquel no caucásico, lo cual se convertirá inevitablemente en el motor generador de endorracismo al difuminarse los comportamientos y gustos propios de los pueblos.

Ahora bien, esta anulación y neutralización de la diferencia habrá de materializarse en la comercialización especulativa de la estética imperialista, definida como “ley superior”, sin embargo, pese a la comercialización de su ideal de belleza, de colocación de sus productos, cosméticos, peinados, accesorios y la consecuente modificación de nuestros cuerpos de acuerdo a sus criterios de belleza, seguimos siendo dentro de la lógica eurocéntrica y anglosajona, mujeres y hombres provenientes de los no azarosamente llamados por ellos pueblos atrasados, solo se espera que seamos “mejores”, es decir, que causemos menos desagrado.

No obstante, esta problemática va a profundizarse significativamente al ser interceptada por una variable de género; en una sociedad donde el hombre se ha definido como superior y donde han sido monopolizadas por el, las actividades, posiciones de poder y reconocimiento social, la mujer será obligada, cuando menos inducida, apropiarse del esteticismo como mecanismo para acceder al reconocimiento y prestigio que le ha sido históricamente negado.

Será por ello que el culto a lo estético, y la explotación de cualidades de belleza, necesariamente conducirá a una continuidad de la subordinación femenina; al ser su belleza el medio para la conquista, y donde su idea de belleza va a depender de la aprobación del hombre al cual el mercado capitalista pre-configuró sus gustos e instituyó el cuerpo de la mujer como instrumente y objeto de creación y estimulación de reacciones e intereses lúdicos.

[1] Aspectismo: Discriminación por la apariencia.

[2] Ostracismo: Apartar a algún miembro de la comunidad por no ser del agrado o interés de los demás.

Socióloga Esther Pineda G.

estherpinedag@gmail.com